jueves, 15 de agosto de 2013

LLENADO DEL RESERVORIO EN SAN FRANCISCO DEL SURO


El pasado 27 de Julio, en ISF celebramos la víspera de Fiestas Patrias, como no podía ser de otra manera, trabajando de la mano con las mujeres y hombres de San Francisco del Suro, para avanzar en el proyecto de agua potable.

Fue un día precioso y muy productivo, donde todo el equipo de ISF, el maestro y sus operarios nos compenetramos con la comunidad para acabar el trabajo previsto para este día: el llenado de las paredes del reservorio Casa Blanca y del techo del reservorio El Zogo.

Subiendo la mezcladora de cemento (o trompo) al lugar adecuado
Es importante indicar nuevamente que en San Francisco del Suro las mujeres también trabajan en la obra (además de hacerlo en su casa y en la chacra, por supuesto). Son mujeres admirables, fuertes y entusiastas (como en muchas otras comunidades de la sierra), cuya particular hazaña se comenta por todos los alrededores.

Las mujeres conversando sobre su trabajo de llenado de agregados.
Kelvin, promotor de ISF (día a día en obra), haciendo algunas coordinaciones con Ana (coordinadora expatriada).


En otras comunidades cercanas están comprobando que el machismo impide a las mujeres desarrollarse plenamente. Porque, si ellas quieren, pueden hacer lo que se propongan, y ellos deben apoyarlas en lugar de cuestionar sus capacidades y habilidades (como suelen hacer en casa y en la comunidad).

Este día nos dividimos y compartimos el trabajo entre hombres y mujeres (tanto de la comunidad como de ISF).



Julio, perfecta definición de LogAdmin, fue el encargado de manejar el trompo.

Las mujeres llenaban los baldes con arena y gravilla; los hombres cargaban los baldes hasta la mezcladora de cemento y lo echaban dentro; las mujeres cargaban el agua hasta una olla gigante que había al costado de la mezcladora; y los hombres se dedicaban a la mezcladora; una vez estaba lista la mezcla, los hombres llenaban el balde y se iban pasando el balde lleno mediante una cadena humana que subía por la quebrada hasta el reservorio; los hombres vaciaban los baldes entre las tablas que encofraban las paredes del reservorio; y las mujeres corríamos cuesta abajo en cadena con los baldes vacíos hasta la mezcladora, y el ciclo volvía a empezar.



Llenado del reservorio de concreto armado.
Hombres subiendo baldes llenos.
Mujeres bajando baldes vacíos (incluyendo Ana y Silvia, de ISF)



Así sucedió para el reservorio de la Casa Blanca, donde estuvimos desde las 8.30 de la mañana hasta pasadas las 12. Después, aplazando la hora del almuerzo (sagrada e inamovible normalmente), un poco cansados pero con un entusiasmo que no decaía, continuamos con el techo del Zogo, donde había que bajar hacia el reservorio desde la carretera, lugar donde estaba situado el trompo.

El maestro Raldo dando algunas indicaciones finales a sus operarios en El Zogo, bajo la supervisión de Ana, coordinadora de ISF, rodeados de pobladores de la comunidad.
Una vez más, todos y todas corroboramos que hombres y mujeres trabajamos mejor en conjunto.


Y, por supuesto, después de este día, la obra está siguiendo su curso bastante rápido, gracias al esfuerzo de todos y todas, con algunas dificultades (como siempre, propias de proyectos como éste o de nuestros proyectos...) que se van solucionando día a día con positivismo y energía.

¡¡Esperamos acabar en el plazo fijado!!!

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