El próximo día 29 de marzo los sindicatos mayoritarios del Estado Español han convocado una huelga general de trabajadoras y trabajadores, en protesta por las medidas de recorte de derechos laborales adoptadas por el gobierno.
Desde Ingeniería Sin Fronteras Andalucía, manteniendo nuestra vocación apartidista pero conscientes de la situación que se plantea, observamos no sólo que nos sobran los motivos para parar, sino que las razones de convocatoria no son más que la punta de un enorme iceberg.
Nuestro modo de vida pone a las personas por debajo de los mercados, en una carrera de desarrollismo económico tras el espejismo de que cuanto más consumamos y bienes poseamos, más felices seremos, superando con creces el ritmo biológico de reposición de las materias primas necesarias para producir estos bienes, y también el ritmo de las personas.
Esta hiperproducción sólo es sostenible a través de políticas económicas colonialistas, que a diario privan de sus recursos básicos a quienes habitan el sur global. Y también a través de la precarización de las personas trabajadoras, situándonos como simples piezas de un engranaje y alejándonos de nuestra condición de personas, de nuestras emociones y de las lógicas relacionadas con los cuidados. Éstos se sacan de la ecuación y se invisibilizan, pero no se eliminan, sino que son realizados por un grupo social reprimido en su mayoría compuesto por mujeres.
Entendemos que no hay muchas luchas, sino una. Las leyes que legitiman el hiperconsumo, el comercio con el agua, la expoliación de recursos, el patriarcado, la privación de un acceso básico a agua, saneamiento y energía, y tantas otras injusticias, son las mismas leyes que precarizan a las personas trabajadoras, las mismas a las que se opone esta huelga. La lucha por el desarrollo humano que reclamamos para el sur global la trasladamos al norte.
Por todo esto entendemos que esta huelga es mucho más que parar el sistema productivo a través del trabajo, y por eso el día 29 os invitamos no sólo a no trabajar, sino a consumir lo menos posible, a retomar viejas actividades como leer, ir al parque o al campo, pasear... actividades que suponen un gasto energético mucho menor, que aumentan la felicidad de las personas y no incrementan el PIB ni subordinan a los países empobrecidos. Os invitamos a parar para reflexionar sobre este mundo loco en el que el 20% de la población acapara el 80% de los recursos. Os invitamos a reencontraros con vuestra condición de personas.
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