Comienza el 2011, viento en popa a toda vela, por la Sierra de La Libertad, con fuertes aguaceros.
Días que inician nublados, que después se despejan, que cerca del mediodía se hunden en la más profunda de las tinieblas, y que acaban derramando litros y litros de agua, bendita para muchos y maldita para otros.
El equipo está supervisando el final de los trabajos; letrinas secas (en otro momento, porque ahora está todo mojado), letrinas aboneras, escuelas, comedores, crecimiento de los cuyes...
No podemos parar ahora a pesar de los inconvenientes climatológicos. Conseguiremos controlar todo sin que el agua nos lo impida. Porque, al fin y al cabo, el agua es vida, no?
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